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Renate Lingor: “Dejemos de hablar de la visibilidad del fútbol femenino y hablemos del deporte femenino en general.”
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Fútbol
Renate Lingor: “Dejemos de hablar de la visibilidad del fútbol femenino y hablemos del deporte femenino en general.”
21.09.2018

Tras sus espaldas, una carrera llena de éxitos: dos Eurocopas y dos Copas Mundiales con la selección alemana, a la que representó en 149 partidos, siete títulos de liga y otros siete títulos de copa con el FFC Frankfurt, su último equipo. Además, fue nominada a la mejor jugadora FIFA de fútbol femenino del mundo en el 2006. ¿Cómo resistirnos a querer conocerla un poco más?

Empecé a jugar a fútbol prácticamente al mismo tiempo que empecé a caminar inspirada por mi padre y mi hermano. Mi hermano, quién es un año y medio mayor que yo, siempre jugaba al fútbol con sus amigos y me animaba a jugar con ellos”, explica Lingor. 

Cuando tenía seis años, el entrenador del club de su hermano pensó, si siempre está jugando con ellos, ¿por qué no unirla al equipo? Y ese fue el inicio de una carrera imparable. Si, además, le sumamos como anécdota que el fútbol femenino estuvo prohibido en Alemania hasta el año 1970, poco antes del nacimiento de Renate, podemos pensar que era una señal divina del que años más tarde sería su destino.

A pesar de su larga trayectoria y palmarés deportivo, Renate se muestra modesta cuando le preguntamos qué balance haría de su carrera como jugadora. Tiene muy claro qué es lo que más pesa en su recuerdo:

“Más que la nominación a mejor jugadora del mundo, para mí, lo más importante son los títulos ganados en equipo, como los mundiales del 2003 y del 2007. Obviamente, fue un honor haber compartido nominación con Marta Vieira y Kristine Lilly, mejores jugadoras del mundo, pero los momentos compartidos en equipo es lo que más siempre recordaré.”

Muchos equipos profesionales no están dirigidos por ex jugadores profesionales, sino que tienen perfiles más técnicos. Sin embargo, Lignor está liderando la selección alemana sub-19 desde el 2011, aportando su experiencia personal y profesional a un equipo lleno de jóvenes promesas.

“En realidad nunca me planteé ser entrenadora al retirarme, quería tener más tiempo libre y entrenar a equipos de niños o niñas pequeñas para, simplemente, disfrutar. Pero empecé a trabajar con la FIFA porque se me da bien organizar, sé ver lo que el equipo necesita y aunque hubo algunos pasos previos, finalmente me animé a dirigir la selección sub-19 en 2011. Además, jugué en la selección nacional con las otras entrenadoras que forman el equipo técnico, así que nos conocemos mucho y nos resulta muy fácil trabajar juntas”.

Llegados a este punto, no podíamos dejar de preguntarle sobre los retos del fútbol femenino. Y nos sorprende su respuesta, tan realista como desapegada de lo que es y ha sido su pasión de toda la vida:

“En mi opinión, el fútbol femenino tiene que dejar de compararse con el fútbol masculino. Porque no hay ningún otro deporte en el mundo que sea tan universal. Todo el mundo conoce a los grandes equipos y estrellas del fútbol masculino, en el rincón más inhóspito del mundo, los conocen. No es muy realista pensar que el fútbol femenino llegará a este nivel. Y tampoco lo veo necesario. Dejemos de hablar de la visibilidad del fútbol femenino y hablemos del deporte femenino en general. En Alemania, por ejemplo, el fútbol femenino se retransmite en televisión más que el balonmano masculino, el atletismo u otros deportes femeninos. Así que, comparado con otros deportes, aún somos privilegiadas.”

Y añade: “En un partido de la Bundesliga los estadios acogen entre 60.000 y 70.000 personas. En cambio, en la liga femenino, y si es un buen partido, quizás alcanzamos los 3.000 espectadores. Al final, debemos entender que, si no generamos el dinero y el interés que genera el fútbol masculino, no podemos aspirar a ganar los sueldos de las estrellas masculinas.”

Cerramos la eterna polémica para despedirnos de esta gran profesional y persona.

¡Mucha suerte, Renate!