Eres olímpica, campeona de Europa de Rugby XV y seven, y el referente femenino del rugby en España. ¡Casi nada! ¿Cómo valoras tu trayectoria?

El deporte me ha apasionado desde pequeñita y he tenido la suerte de que han llegado resultados. Pero lo que más valoro es todo el trabajo que hay detrás, que cuando está promovido por una pasión, es más fácil. Desde que lo descubrí, he volcado mi vida en un 200% entorno al rugby. Lo que implicó irme lejos de mi familia y mis amigos, ir a vivir 2 años a Francia para jugar en las mejores ligas, pasar dos temporadas en Nueva Zelanda…

Nueva Zelanda es la meca del Rugby, debió ser una gran satisfacción para ti…

Totalmente. Cuando aquí paraba la liga, allí empezaba la liga territorial de más alto nivel antes de llegar a la selección neozelandesa. Fui a la aventura con dos compañeras, Berta García e Irene Schiavon, con la idea de entrenar duro y aprender. Y, al final, pudimos jugar unos cuantos partidos. Al año siguiente repetí.

Además de Nueva Zalanda, has jugado en Francia y en Japón. ¿Con qué experiencia internacional te quedas?

No las puedo comparar, todas me ha aportado algo. Francia significó un punto de inflexión y una gran experiencia personal porque era muy jovencita. En Francia, el rugby es uno de los grandes deportes nacionales, allí empecé a entrenar mañana y tarde y a tener claro dónde quería llegar.

Nueva Zelanda es la meca del rugby y el sueño de cualquier jugadora o jugador. Allí viví la optimización del rendimiento, es la liga de más alto nivel en la que he jugado nunca y el nivel de exigencia y el aprendizaje fueron brutales.

En Japón, el rugby está en desarrollo y tiene un nivel incluso un poco por debajo de España. El año pasado tuve la oportunidad de ser la primera jugadora española en ir a Japón con un contrato profesional. Me llamaba mucho la atención conocer su cultura y ver cómo están potenciando el deporte femenino, además de aprender y aportar mi experiencia al equipo.

Al contrario de lo que parece, el rugby es famoso por sus valores. ¿Cómo le explicarías a alguien que cree que es un deporte para brutos, que el rugby tiene unos grandes valores?

Le diría que vaya a ver un partido de rugby en persona. Ver a 30 o 40 mil personas en silencio para respetar la concentración de un pateador que chuta a palos, es algo increíble. Y cuando un árbitro sanciona a un jugador o a una jugadora no va nadie a reprocharle su decisión.

Por supuesto, no somos perfectos, pero en su gran mayoría, es así. Es lo primero que te enseñan y está muy por encima del rendimiento deportivo. Puedes ser muy buen jugador, pero si no demuestras esos valores… uf… el camino se hace mucho más difícil, porque el grupo siempre está por encima.

¿Incluso en lo más alto? ¿Incluso en los All Blacks donde puede haber más ego?

100%. No conozco a ningún jugador de los All Blacks con ese ego, y conozco a unos cuantos… Para ellos, la camiseta, el equipo, está por encima del individuo. Entienden que son personas que forman parte de un proceso, que hoy llevan esa camiseta, pero que el día de mañana la llevarán otros.

Una anécdota; yo soy jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes, y cuando lo ganaron los All Blacks en 2017, vino una representación del equipo. Estuvimos una semana con ellos y vimos cómo emanan humildad. Saben que son estrellas del rugby, pero no tienen ese ego.

Nosotras, las Leonas, también consideramos que somos parte de un proceso y queremos ser unos buenos referentes deportivos para las niñas y dejar la camiseta en un lugar mejor.

¿Y cómo te sientes cuando una niña te dice que quiere ser una Leona, como tú?

Se me dibuja una sonrisa en la cara y me da mucha felicidad. Porque ves que el esfuerzo vale la pena. Llevo muchos años trabajando en lo deportivo, pero también en el ámbito de la comunicación.

Cuando yo empecé, había referentes femeninos en el rugby, pero no las podía ver o seguir en los medios de comunicación para aprender de ellas. Por eso, creo que la creación de referentes deportivos femeninos y que éstos sean visibles, es importante para las niñas de hoy. Merece la pena.

Personalmente, escribo la columna ‘Rugby Passion’ en El Confidencial y junto a mi equipo de trabajo hemos creado la aplicación móvil PGR APP para quién quiera estar al corriente de las Leonas y de los distintos proyectos que lidero.

Según tu experiencia internacional, ¿dirías que hay una relación directa entre los valores asociados al deporte que más se sigue en un país y cómo es esa sociedad? ¿La sociedad neozelandesa profesa los valores del rugby?

100% y se nota. Nueva Zelanda está impregnada de esos valores y creo que es muy bonito. La sociedad se siente identificada con los All Black y las Black Ferns y lo que transmiten. Eso no quiere decir que todo el mundo tenga esos valores integrados 100% en todo momento, pero yo lo he visto y lo he vivido. Y esa es la razón por la cual Nueva Zelanda ha conectado tan profundamente conmigo.

¿Cuál crees que es el estado de salud del rugby en España? ¿Y concretamente sobre el rugby femenino?

A partir de la clasificación de España en los Juegos Olímpicos, tanto el equipo femenino como el equipo masculino de rugby 7, experimentaron un gran crecimiento mediático y se ha notado un mayor interés y conocimiento del deporte por parte de la gente. Queda mucho camino, pero creo que el rugby español está viviendo un buen momento.

El rugby femenino cada vez tiene más afición presencial, estamos entre las 10 mejores del mundo y a nivel mediático, tenemos apoyos como el de Iberdrola a través del programa Universo Mujer y difusión de la televisión pública. En rugby 7, que es la disciplina olímpica, ya estamos en proceso de clasificación para Tokio 2020 ¡y ojalá podamos repetir!

Se ve una gran implicación y esfuerzo personal en los equipos femeninos de rugby. ¿Qué tiene el rugby que os engancha tanto?

El rugby conecta mucho con mi persona y mi esencia. Además, a nivel deportivo, el rugby da muchas oportunidades, porque integra a personas de todo tipo de morfología, capacidades o habilidades. Todo el mundo tiene su rol y todos son igual de importantes. Todas somos muy diferentes y eso a nivel de grupo creo que es un plus, porque encuentras un lugar donde rendir a nivel deportivo y que, además, es como una familia.

El sentimiento de pertenencia que se genera en el rugby es muy grande. Cuando, además, en esa familia luchas y te dejas la piel por un objetivo común, como un mundial o unos juegos olímpicos, sientes que estás en un proceso y se convierte en un propósito de vida.

Creo que, además, el rugby te expone mucho: en el campo sacas tus máximas debilidades y tus máximas fortalezas. Y eso, a las personas que tenemos un espíritu de superación, nos engancha. Este cúmulo de circunstancias es lo que hizo que me enamorara del rugby.  Física, mental y emocionalmente es una entrega máxima.

Además de practicarlo, estás muy involucrada en la divulgación de los valores del rugby. De ahí tus proyectos Rugby Libre y Rugby Values…

A mí el rugby me ayudó a desarrollarme como persona y como deportista, y me sigue ayudando. Y veo muchos ejemplos de personas a las que el rugby también las ha ayudado mucho. Por eso, decidí crear estos proyectos basados en la educación en valores a través del rugby. Uno a nivel nacional y otro, internacional, porque no es lo mismo dirigirse a un colectivo de niños que viven en las favelas, que a una empresa de ciberseguridad en Madrid. Aun así, adaptando el contexto, los valores que trabajamos son los mismos; la gestión de las emociones, las habilidades sociales, de comunicación, etc.  

A nivel nacional, el proyecto se llama Rugby Values y tiene 4 variantes según al colectivo al que nos dirigimos: empresas, centros educativos, personas con riesgo de exclusión social y clubes deportivos.

A nivel internacional, está el proyecto Rugby Libre, que tiene un carácter solidario. Hacemos una gira anual, coincidiendo con mis vacaciones, para llevar el rugby a colectivos vulnerables. En 2016 fuimos a Chile y a Río. En 2017 fuimos a Marruecos y este año repetiremos Chile y, quizás, podamos ir también a Kenia.  

Habrás conocido muchas historias de superación personal en esas giras…

Sí, muchas. De hecho, y esto es una primicia, estamos grabando una serie documental para mostrar cómo el rugby puede mejorar o cambiar positivamente a las personas y a la sociedad. Ya tenemos el primer capítulo casi acabado, y esperamos estrenarlo este mayo en Madrid.

¿Alguna experiencia de los proyectos que te haya llegado especialmente al corazón?

Hay varias… Te cuento una en concreto que nos impactó mucho. Estábamos en una escuela en Arica, en el norte de Chile, entrevistando a una niña de unos 12 años, Micaela, sobre qué le aportaba el rugby. Ella no paraba de decir que el rugby la había ayudado mucho, y que “le había dado fuerzas para salir adelante, que se podía salir adelante”. Después nos contó que había tenido un episodio con su padre, sin especificar más, y que el rugby la había ayudado a olvidarlo y a salir adelante. No quería que otros niños pasaran por lo mismo. 

Es una de las historias, pero hay más, de personas que han estado involucradas con las drogas, en prisión…

El rugby les ayuda a canalizar emociones negativas…

Sí. A los internos de los centros penitenciarios, por ejemplo, les viene muy bien, porque es una forma de desahogarse, de liberar energía física y emocional de forma controlada. Al final está demostrado, que cuando practicas deporte liberas endorfinas que te hacen sentir bien.

Y lo bonito del rugby es que, el contacto físico no es a cualquier precio, hay unas normas que te permiten canalizar la energía en un entorno sano y seguro.  Expresarte física y emocionalmente al máximo, pero respetando unas normas y sintiendo que formas parte de algo.

El pasado Día Internacional de la Mujer se estrenó Capitana Marvel, la 1ª peli de la factoría protagonizada por una mujer. Y para la campaña española, se escogieron a 5 mujeres que han hecho historia en el mundo del deporte femenino, entre las cuales, tú. ¿Qué ha significado para ti participar en esta campaña?

Cuando me llamaron, me gustó muchísimo la idea. Se está trabajando por la igualdad de género desde distintos ámbitos, así que muy bien por parte de Marvel y de Disney que se sumen a la educación en valores. Y muy bien por parte de La Liga que decidió contar con mujeres deportistas para la campaña.

En 2018 fuisteis campeonas de Europa y el 30 de marzo es muy posible que lo volváis a conseguir tras haber ganado a Rusia en la semifinal…

Bueno, los partidos hay que jugarlos… Si bien es cierto que en Europa lo tenemos más fácil, porque los grandes equipos; Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Gales… están jugando el 6 Naciones de rugby XV y renuncian al campeonato. Es una pena para nosotras, porque nos gustaría jugar con las mejores… Pero es una competición privada y no podemos entrar.

El pasado enero jugamos contra Escocia, que aparentemente era el partido de más nivel y las ganamos en Madrid, así que seguiremos diciéndole al 6 Naciones que queremos estar entre la élite mundial y que nos gustaría participar en ese torneo.

¿Cómo encaráis los Juegos de Tokio 2020 y la Rugby World Cub del 2021 en Nueva Zelanda?

Ya tenemos ambos objetivos en mente y lo estamos trabajando en cada uno de nuestros partidos. Las Leonas vamos a apostar mucho por el preolímpico europeo, que se juega este julio en Rusia, para intentar lograr la única plaza directa que hay, aunque es muy difícil… En Europa tenemos a 5 de los mejores equipos de las series mundiales, cosa que no pasa en otros continentes. Si no, lucharemos por una de las dos plazas del preolímpico mundial del año que viene, que es como nos clasificamos para Río 2016.

¡Mucha suerte Leonas!

Fotografías: ALJAZ BABNIK/ Team PGR